Tan nocivo es tener una baja autoestima, como una autoestima desmesurada, arrogante y excesiva. Y entiendo que en estos días donde la clave del éxito está en vivir de lo trivial y aparente, un buen filtro en nuestras fotos se atreve a reforzarnos la dicha de sentirnos divinos, pero nunca nos exonera de escapar de nuestros conflictos internos, de traspiés personales o crisis identitarias. Y hay días en que nos creemos ser un “Elías” cualquiera encerrados en nuestras cuevas personales y tan confundidos que no somos capaces de discernir ni siquiera ese susurro que alcanza niveles de grito. Pero todo esto termina cuando entendemos nuestra falta de enfoque. Que el fracaso y o el éxito están mal fundamentados si dependen de nuestros logros o de la valoración tan subjetiva de gente que pasa por nuestras mismas frustaciones. Y sí, es cierto, Tú vales, Tú puedes, Tú te mereces lo mejor… pero no sólo por el valor y la identidad que tú te has creado, sino por la identidad que te ha dado, AQUEL que te ha creado.
Isaías 43:4 Porque te aprecio, eres de gran valor y yo te amo. Para tenerte a ti y para salvar tu vida entrego hombres y naciones.
17 de Noviembre 2022