Pocas cosas ayudan tanto en el desarrollo personal y en el verdadero conocimiento de uno mismo, como aprender a reconocer tu origen y raíces. Estas raíces parecen apuntar solamente a creencias, valores y conductas que muchas veces se limitan al ámbito cultural y social. Pero más allá de la dimensión física, la clave para alcanzar una vida plena es entender que tu auténtico origen no es físico sino ESPIRITUAL. El entendimiento de algo tan esencial, te otorga valor real y autenticidad, fortaleciendo y completando tu existencia. Reconocer tu origen en Dios y asentar tu vida en Cristo son las claves para vivir una vida integral, fructífera y completa.
Salmos 139:13-16
Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.
18 noviembre 2020