Seguro que estás de acuerdo conmigo en que nadie puede comprar el tiempo. Ese bien humano y efímero que desgasta nuestra naturaleza y consume nuestro mañana...
Hoy me levanté filosofando , pero lo cierto es que en cada despertar, ese primer rayo de sol me inquita, pues me recuerda persuasivamente que la vida pasa, se consume y no regresa... Por eso prefiero fijarme, no en la esfera física que a muchos atormenta, sino en el origen de ese rayo, de ese mañana o de ese momento. Un Dios que en Cristo rescató la plenitud de mi existencia, para prometerme lo que mi limitada temporalidad no me puede ofrecer: Vida ETERNA
19 de Enero 2020
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